[domingo 10 de abril, 2011] Dúo Orellana Lucca para empezar, buena chacarera con batería y fuerza, despojada del corito nochero que a veces resulta tan molesto, una voz limpia, sin floreo. El escenario en que tocaban era el alternativo, como si fuera el espacio de un living grande, lleno de pasto amarillo en el piso para amenizar el sentarse sin almohadones ni sillas o reposeras. Mucho mate dando vuelta, bailarines fervorosos. El sol cubría cada espacio de verde, el bosque estaba iluminado. Subía un calor del pecho, la gente se paraba para aplaudir a Eva Ayllon, la peruana que encendía fuego en la tribuna argentina. Cuando el estribillo rezaba que le dijo a su papá
Yo quiero cantar unas niñas subieron a escena y comenzaron a mover sus caderas parecido al baile del vientre, con una mezcla de reggaeton con la que inflaban su delantera y volvían a desinflar, Eva estaba un poco confundida, no sabía que iban a subir y ya les había dicho que se fueran en la canción anterior, en eso el guardia de seguridad intentó sacarlas y el corista negro de rastas hizo canción un deseo
Dejalás, Dejalás. El siguiente tema fue decir
Casera muchas veces, se trataba del tema El tamalito con el cual terminó su show. Salimos del Anfiteatro y nos esperaba Juana Fe de Chile, pensé que una mujer cantaba y su voz era muy parecida al timbre de una auténtica hembra, en la tarima del escenario alternativo bailaba un hombre de barba y gorrita, su tono latino se confundía con su imágen, cantó temas a favor de Víctor Jara, de los vendedores ambulantes -que representó en un recitado de las estrofas típicas que entonan en los trenes o colectivos- y de la marihuana. Apenas terminó el ritmo ese Raly ya aparecía en escena en otro escenario, que era el que no estaba cercado por ninguna columna y en el que cabían miles y miles de personas, al final de todo se veía bien la pantalla, si te acercabas solo se divisaban las cabezas de los que estaban adelante tuyo, un bailarín hacía de las suyas con distintas compañeras, la madre, la hermana -que poco lo podía seguir-, y la novia, bailarina profesional como él. Barrionuevo entonó
De nuevo estoy devuelta, después de larga ausencia... más tarde le cantó al che
Aprendimos a quererte y más tarde "somos", siguieron los Coplanacu que no se olvidaron de los clásicos.
